Colmevet se suma a la conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio

Colmevet se suma a la conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio


En Estados Unidos, recientemente se publicó un estudio que establece que las y los médicos veterinarios de dicho país son 3,5 veces más propensos al suicidio en comparación a la población general. Aunque desconocemos la realidad local, el suicidio es una realidad que, como gremio, no podemos soslayar. Por esta razón, en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, conversamos con la Dra. Romy Weinborn, quien está desarrollando una investigación patrocinada por Colmevet que busca establecer la relación entre síndrome de burnout y tendencias suicidas entre las y los médicos veterinarios chilenos.

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El 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, iniciativa organizada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés). El objetivo de esta jornada, copatrocinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), consiste en concientizar y demostrar que estos actos se pueden prevenir.

De acuerdo a la OMS, aproximadamente 703.000 personas se suicidan en el mundo cada año. También, por cada suicidio consumado hay muchas tentativas. Es de alta relevancia poner atención a este fenómeno, debido a que los casos constituyen una tragedia que afecta a las personas, familias, comunidades y países, y tienen consecuencias duraderas para los cercanos a la víctima. Puede ocurrir a cualquier edad y en 2019 fue la cuarta causa de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años en todo el mundo.

Para abordar este delicado tema, conversamos con la Dra. Romy Weinborn, académica adjunta de la Escuela de Medicina veterinaria de la Universidad Andrés Bello, quien ya ha publicado una investigación que establece la relación entre la ocurrencia del síndrome de burnout y el ejercicio de la Medicina Veterinaria en Chile.

Si las estadísticas de suicidio a nivel mundial son alarmantes, siendo una de las tres principales causas de muerte entre 15 y 35 años, las cifras de nuestro país no se quedan atrás. Así lo refrenda la Dra. Weinborn.

“En Chile el suicidio es considerado la segunda causa de muerte, y las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío son las que presentan la mayor incidencia de casos. Además, las estadísticas de enfermedades de salud mental han ido aumento por el tema de la pandemia por COVID-19”, señala.

Estos antecedentes son abrumadores y, al mismo tiempo, no llaman tanto la atención en un país donde de salud mental tiene un alto costo y es infravalorada al interior de las políticas sanitarias. “Como consecuencia de la pandemia, las y los especialistas en salud mental están solicitando que el Estado se haga cargo para abordar este tema de manera más integral, siempre desde la prevención, para entregar herramientas lo más eficaces posible para evitar su ocurrencia”, complemente la investigadora.

En este contexto, en la actualidad la Dra. Weinborn está desarrollando una investigación que busca establecer la relación entre burnout y su asociación con tendencias suicidas de las y los médicos veterinarios en territorio chileno. “En el segmento de médicas y médicos veterinarios no existen cifras en Chile, por eso estamos desarrollando esta investigación. A nivel internacional hay pocas publicaciones al respecto. El estudio más grande que se ha hecho se publicó recientemente en Estados Unidos, donde se hizo un análisis de las datas de muerte, que abarca desde 1979 hasta 2015 de médicas y médicos veterinarios y comparó contra las causas de muertes respecto de la población general y ahí se establece que las y los médicos veterinarios tienen 3,5 veces más posibilidades de suicidarse en comparación a la población general”, establece.

Si efectivamente las y los médicos veterinarios son más propensos a cometer suicidio, conocer los factores incidentes resulta primordial: “Eso es precisamente lo que estamos investigando, porque se sabe es que el suicidio es un fenómeno multifactorial. Pero claramente están evaluándose distintas aristas: en clínica menor, por ejemplo, las y los colegas están al servicio de la salud de los animales, pero necesariamente tienen que relacionarse con las personas, que son los tutores de los animales. Esto último es una de las cosas más complejas para las y los médicos veterinarios: aprender a comunicarse con el humano. Muchas veces, como profesional, le vas a indicar a una persona que haga ciertas cosas con su mascota y el tutor, por diversas razones, no las hace porque no quiere o porque no puede, y eso impacta en la salud de ese animal. En este sentido, se produce un desgaste emocional en la o el médico veterinario que es importante si no es bien gestionado por el clínico”.

Otro factor que podría ser desencadenante es que la Medicina Veterinaria es la única profesión de la salud a nivel mundial donde la eutanasia es un procedimiento válido. De acuerdo a la Dra. Weinborn, ese es un factor ambivalente. “Hay algunos estudios que indican que aplicar eutanasia a un animal podría favorecer la ocurrencia de suicidios entre las y los médicos veterinarios. Sin embargo, existen otras investigaciones que establecen que tendría incluso un rol protector, porque el médico veterinario, tras realizar el procedimiento de eutanasia en una mascota, percibe el sufrimiento de la familia tutora, entonces al mismo tiempo es capaz de imaginar el dolor y la tristeza de su entorno familiar, en caso que llegase a suicidarse”.

Las relaciones interpersonales y la eutanasia no son los únicos factores que inciden en las tendencias suicidas al interior de la profesión. “Existen factores que está muy en boga, como que es el tema de las funas, principalmente a través de redes sociales –que sucede a nivel internacional-, donde hay una poca comprensión por parte de la población respecto del rol del médico veterinario, como si tuviésemos que ejercer motivados solo desde la vocación. Otro aspecto que se evalúa es que la Medicina Veterinaria tiene aspectos similares con la Medicina Humana, principalmente con la Pediatría, sin embargo, el factor económico no es el mismo al tener una gran diferencia en el retorno económico que ambas actividades generan en comparación, y no es que el dinero haga la felicidad, sino que ayuda a satisfacer necesidades o a adquirir experiencias que ayuden al bienestar. Entonces, efectivamente, el dinero que gana una médica o médico veterinario respecto de un cirujano es completamente distinto y se nos exige llegar al mismo resultado, incluso con menos herramientas diagnósticas”, establece.

La Dra. Weinborn comenzó su investigación respecto de la relación entre burnout y suicidio en médicas y médicos veterinarios chilenos en 2019, pero el estallido social y la pandemia pusieron el proyecto en pausa. “Hicimos la toma de muestra en mayo de 2020 y el estudio quedó detenido. Este año, conversando con Colmevet surgió la idea de retomarlo y como ya estaba toda la parte instrumental realizada, pensamos en relanzarlo. Entonces, como vamos a tener datos de 2020 y de 2021, vamos a poder establecer cómo la pandemia afectó a la población médico veterinaria en Chile”, establece.

En este sentido, la Dra. Weinborn extiende una invitación a las y los médicos veterinarios para que participen respondiendo las preguntas del estudio Síndrome de Burnout y su asociación con tendencias suicidas de las y los médicos veterinarios en territorio chileno y que patrocinado por Colmevet. “El tema de la pandemia le ha abierto los ojos a las personas respecto a temas de salud mental, por lo tanto, nosotros como profesión, de acuerdo a un estudio internacional, somos potencialmente más propensos al suicidio, necesitamos saber cómo se encuentra nuestra realidad local, y la mejor forma de prevenir enfermedades es conocer los fenómenos. Entonces, invito a las y los médicos veterinarios que trabajan en Chile a que nos ayuden a contestar esta encuesta, porque mientras más grande sea la data que podamos tener, los resultados serán mucho más representativos”.

Finalmente, nuestra entrevistada dedica las últimas palabras a agradecer. “Quiero expresar mi agradecimiento a las distintas personas que han creído en la temática de salud mental en Medicina Veterinaria y que han visto que es necesario cambiar el paradigma, no estigmatizar estas situaciones y que se atrevan a compartir sus experiencias y a participar en estas instancias, porque mientras más gente esté hablando de salud mental va a ser mejor para toda la sociedad”.

Por último, como Colegio Médico Veterinario queremos reiterar la invitación a las y los médicos veterinarios de todas las regiones del país a participar en este estudio. Los resultados nos entregarán información respecto al riesgo de suicidio al interior de nuestra profesión, y será de vital importancia para generar herramientas para cuidarnos y prevenir su ocurrencia.


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